CÓMO IMPRESIONAR AL LECTOR CON UNA FOTO PROVOCADORA

A estas alturas no vamos a descubrir la importancia de la imagen y la fotografía en periodismo. En prensa, hay muchos tipos de fotografías: las informativas, las conceptuales, las ‘robadas’, las de ambiente… Pero posiblemente las más difíciles de ejecutar sean las fotos cuya intención principal sea la de PROVOCAR. Llamar la atención del lector, soprenderle o sacarle de la monotonía que a veces podemos sentir cuando vamos a la altura de la página 110 de nuestra revista favorita.

El pasado 19 de julio EL PAÍS publicó una entrevista con FRÉDÉRIC BEIGBEDER, uno de los grandes novelistas franceses del momento. Iba firmada por Jesús Rodríguez y se titulaba ‘El chico malo de Saint-Germain’. Una entrevista muy interesante en la que se nos descubre las polémicas opiniones y la controvertida personalidad del nuevo enfant terrible de las letras francesas. De aspecto desaliñado, ha escrito bajo de los efectos de las drogas, adicto al lujo, crítico con un capitalismo en el que vive a todo trapo, asesora al partido comunista… Todo un personaje que, para estar a su altura, exigía una foto provocadora como la que fue publicada (tumbado desnudo en su bañera y sólo cubierto por un voluminoso volumen del ‘Who’s who in France’). Una buena foto que aumenta considerablemente el valor del reportaje.

Lógicamente, para realizar este tipo de foto hay que contar siempre con la colaboración activa de nuestro personaje. Y esto es lo más difícil. Hay algunos (los más mediáticos, los que van de conflictivos, de provocadores, de guays…) que se dejan con cierta facilidad realizar este tipo de montajes, mientras que otros es casi una temeridad ni siquiera plantearlo. Pero, si lo conseguimos, tenemos el éxito y la felicitación de nuestro redactor jefe asegurados.

El gran problema es conseguir que el montaje sea realmente provocador… y realmente original. A veces pensamos que hemos convencido al personaje para que se preste a una foto original, cuando otros ya han realizado algo similar anteriormente. Es lo que también le ocurre a esta foto de Beigbeder. Pocas semanas antes, ¡mechachis!, el dominicical de este mismo periódico publicó una foto del director de cine José Corbacho… tumbado desnudo en una bañera cubriéndole sus partes varios balones de fútbol. En fin, cosas que pasan.

Pero, no nos engañemos, tampoco la foto de Corbacho era original. Bien conocida es la foto de Camilo José Cela saliendo semidesnudo de la ducha antes del discurso de ingreso en la Real Academia. Pero de eso hace ya muchos años.

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